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viernes, 5 de septiembre de 2014

El ahora...

En ese momento le cayó una gota de agua en la mejilla. Fué entonces cuando en realidad se dió cuenta que todo había cambiado y que se tenía que mover. Que todo seguía y que por gracia o por desgracia tenía que afrontar la vida con o sin Lucas. 
Empezó ha andar de un lado hacía el otro sin saber muy bien donde ir, que rumbo debía coger. Estaba perdida en una gran ciudad y sola, le entro el pánico y se paró en seco. Miró a su alrededor y se dió cuenta por primera vez des de que había empezado su aventura de que estaba en una ciudad maravillosa y que deseando ser explorada por ella y su cámara. Así que se subió al primer tranvía que vió y empezó ha disfrutar.

Al otro lado del mar se encontraba en una habitación silenciosa y con los cascos puesto su mejor amigo, su confidente, su Lucas. Que solo podía esperar a que ella reaccionara y volviera o por lo menos le dijera algo un simple hola le valía para salir corriendo hacía allí pero mientras se tenía que conformar con escuchar su música, la música que había compartido con la chica de sus sueños que ahora estaba empezando a vivir la vida sin él. 

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